Conceptos fundamentales de Administración

Importancia y utilidad de la administración

Así como se discute si la administración es o no una ciencia, también está a discusión si la administración debe ser o no una profesión.

Algunos países, como Japón, consideran que la administración no es una profesión, puesto que el hecho de aprobar un mapa curricular sobre temas de administración no garantiza que el profesional en dicha área se convierta en buen administrador. Este no es el caso del médico, del matemático o del químico. Una empresa, o más generalmente, una organización, no evalúa a los administradores por lo que saben, sino más bien por los resultados que entregan, porque se sabe que buenos financieros son ingenieros de profesión, buenos administradores de hospitales son médicos de profesión y buenos teóricos de la administración han sido matemáticos, sociólogos, psicólogos, economistas o abogados de profesión. ¿Qué tienen estos profesionistas para ser buenos administradores? Se podrían asumir varios supuestos:

– Que después de haber terminado su respectiva carrera cursaron un posgrado en administración.

– Que son administradores porque genéticamente están predeterminados.

– Que son autodidactas teóricos de la administración.

– O que aprendieron administración con la práctica.

Independientemente de cuál sea la razón, lo cierto es que el buen administrador despliega una serie de características que no fueron evaluadas en las pruebas académicas de la carrera de administración, tales como:

– Sus percepciones.

– Actitudes.

– Personalidad.

– Filosofía sobre la vida y el trabajo.

– Liderazgo.

– Sabiduría.

– Tolerancia a la frustración.

A las organizaciones les interesan que las cualidades del administrador se adapten a su filosofía, principios y prioridades, las cuales finalmente deben repercutir en la meta suprema de las organizaciones lucrativas, que es crear riqueza para los accionistas.

Según Daniel L. Katz:

[…] el éxito de un administrador depende más de su desempeño, de cómo trata a las personas y cómo se comporta en los distintos escenarios; es decir, el administrador es mejor visto por lo que logra y no por lo que es. El buen administrador es el que transforma la teoría en acción.

De acuerdo con este enfoque son tres las habilidades importantes que un buen administrador deberá adquirir:

Conceptuales, que necesita el alto directivo en cuanto a generación de nuevas ideas y conceptos.

Humanas, propias de los mandos medios (gerentes) para relacionarse tanto con el personal operativo como con la alta dirección.

Técnicas, para el manejo de dispositivos técnicos.

Es necesario resaltar la importancia que tienen los conocimientos administrativos sistematizados tanto para quienes no son profesionales como para quienes sí lo son en la actualidad vemos que las instituciones de educación superior tienen su mayor matrícula de posgrado precisamente en las áreas de administración e incluso las empresas más prestigiadas motivan y becan a su personal para que cursen maestrías en el área de negocios. Lo mismo sucede en las escuelas de México, ya que el mayor porcentaje de su matrícula es el de los estudiantes que vienen de cursar una carrera técnica. También puede observarse que resulta evidente el cambio de actitudes y aptitudes del profesionista que estudia administración, porque al iniciar su programa, lo hacen con un perfil y este es muy diferente cuando terminan sus estudios.

Su estructura mental y su calidad de análisis mejora, su cosmovisión es diferente y esto se lo deben a la preparación formal en administración.

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