Características de la administración
Partamos de que la administración es un conjunto de conocimientos ordenados y sistematizados para explicar el comportamiento y actuación de las organizaciones, entendidas estas últimas como:
Unidades sociales (o agrupaciones humanas) deliberadamente construidas o reconstruidas para alcanzar fines específicos.
Según A. Etzioni:
Se piensa que la administración nació como una necesidad de querer que las organizaciones operen con óptima eficiencia.
En este sentido, iniciamos con un problema de carácter epistemológico en cuanto a que deseamos saber si la administración es o no una ciencia, para poder deducir sus características como cuerpo de conocimiento y hacer una descripción de esas características. Abordaremos en principio el problema epistemológico y enseguida se hará un recuento de las principales características de la administración, independientemente de que cumpla o no con los requisitos que marcan los epistemólogos.
Problema epistemológico
Para estar de acuerdo con los requisitos que debe cubrir cierta área de conocimiento y llamarle ciencia, existe una diversidad de criterios sobre los que aún no se ha llegado a un consenso.
José P. Rossetti4
Señala que se puede tener carácter de ciencia si se cubren tres requisitos:
– Que exista un objeto de estudio.
– Que se pueda hacer uso de los conceptos metodología y método.
– Llegar a resultados que se puedan expresar como leyes científicas.
En este sentido la discusión sería si los resultados de la investigación administrativa se pueden aceptar como leyes científicas, porque habría problema de aceptación.
J. Piaget5
Por su parte, indica que un conocimiento será científico si reúne, también, tres características:
– Objetividad, es decir, que el conocimiento sea válido para todos y que esté fuera de cualquier inclinación
personal.
– Abstracción, que tenga independencia de tiempo y espacio.
– Relevancia empírica, que exista la posibilidad de contrastar mediante la experimentación.
Nuevamente, no existiría un acuerdo común para aceptar que la administración es ciencia.
Mario Bunge
Propone un criterio para calificar el conocimiento como científico, basado en una decatupla, es decir, en diez variables que al evaluarlas en una escala de cero a diez, dependiendo de la calificación podrían ser:
– No científicos.
– Semicientíficos o protocientíficos.
— Científicos emergentes o en desarrollo.
– Seudocientíficos.
Cabría mencionar que, para Bunge, la administración no cae en el terreno de la ciencia básica, sino que la ubica en la ciencia aplicada con la categoría de técnica dentro de la sociotecnología.
Por lo anterior, se puede concluir que la administración no sería un conjunto de conocimientos científicos aceptados por todos; sin embargo, sí hay consenso en que existe la teoría de la administración. Ahora bien, independientemente de cómo sea clasificada por los epistemólogos, se puede decir que esta área del conocimiento tiene las siguientes características:
– La administración es universal.
– Es importante, útil e incide en todos los actos de la vida, tanto de las personas físicas como de las
personas morales.
– El hombre, como individuo, tiene que administrar su vida y las empresas tienen que administrar sus recursos.
– Se administran el ejército, las iglesias, las cárceles, los parlamentos, los congresos, las universidades, los hospitales.
– Se administran los barcos, los aviones, los ferrocarriles.
– Se administran el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial.
– En una palabra, se administra todo, de ahí su carácter universal.
– La administración es interdisciplinaria.
– Según se ha mencionado, la administración se formó con la participación y aportaciones de otras ciencias, en su desarrollo sigue necesitando de las ciencias y de la tecnología y, a su vez, los resultados de la investigación administrativa tienen efectos en el resto de las ciencias.
– Las organizaciones (empresas) modifican sus métodos de trabajo y son los grupos interdisciplinarios los que mayor auge tienen, por lo que esos grupos interdisciplinarios de trabajo siempre tienen la necesidad de que al menos participe un administrador.
– La administración es sistémica.
– La teoría general de sistemas dice que:
[…] cualquier objeto real es un sistema o elemento de un sistema.
– La ciencia como ese gran conjunto de conocimientos o totalidad de conocimientos tiene que subdividirse, hasta ahora, en un número finito de elementos que llamamos ciencias específicas (química, biología, sociología) para que el hombre pueda tener acceso, al menos, a una pequeña porción de ese mundo infinito de conocimientos.
– Ahora bien, si existe un sistema científico integrado por un conjunto de elementos conocidos como ciencias específicas, estas se interrelacionan e interactúan entre sí, de tal suerte que la administración es un elemento de ese megasistema y, a su vez, es un sistema que se encuentra integrado por un conjunto de elementos administrativos que de igual manera interactúan y se interrelacionan.
– La administración es intemporal.
– El hecho de que la administración se comience a sistematizar a partir de los albores del siglo pasado, no quiere decir que ahí se gestara.
– Nació junto con el hombre, ha sido su fiel e inseparable compañero, seguramente al morir la humanidad también morirá la administración, pero mientras exista un ser humano sobre este planeta habrá un administrador.
– La administración es humana y social.
– Asumamos que la administración tiene por objeto de estudio a las organizaciones que son agrupaciones humanas, es decir, se trata de estudiar al individuo en cuanto a su conducta aislada (comportamiento individual); no obstante, dado que el individuo nunca ha vivido solo, habrá que estudiar también su comportamiento grupal (social).
– La administración está clasificada dentro de las ciencias sociales y ha dado pie a múltiples corrientes filosóficas que se encargan de explorar, describir y explicar lo referente al individuo y sus sociedades, con distintas ópticas; de esta suerte, surgieron doctrinas filosóficas como:
– El individualismo. Donde cada quien trabaja para sí mismo.
– El colectivismo u holismo. Donde la idea central es que el grupo social lo es todo, el individuo no es nada.
– El sistemismo. Donde las acciones interpersonales construyen, mantienen o descomponen sistemas y están limitadas por la superestructura.
– El intuicionismo. Cuyo principio es que existe una facultad especial (intuición) que orienta y decide lo que es falso o es verdadero.
– El empirismo radical. Afirma que solo la experiencia puede proveer conocimiento cierto.
– El pragmatismo. Señala que la acción es la fuente y el criterio de todo conocimiento.
– El racionalismo radical. Se basa en que la razón es necesaria y suficiente para conocer.
– Estas corrientes y otras más se generaron para conocer e interpretar las formas tan sui generis de los fenómenos individuales y sociales que se han estado observando desde que apareció el hombre en este planeta.
– La administración es una técnica y es un arte.
– La técnica es la aplicación de la tecnología y sirve para resolver problemas prácticos (controlar ciertos sectores escogidos de la realidad mediante el diseño de dispositivos técnicos y la elaboración de planes o cursos de acción que tengan un valor práctico para algún grupo social).
– La administración es reina en la técnica, puesto que su incidencia principal se encuentra en resolver problemas de las organizaciones, echando mano de las ideas, las experiencias, las teorías, los métodos y los modelos.
– ¿Cuáles son algunos problemas que la administración atiende? Todos los relacionados con el comportamiento individual y en grupo de los humanos: ausentismo, clima organizacional, poder, toma de decisiones, cambio, resistencia al cambio, innovación, entre otros muchos.
Los diseños estructurales de las organizaciones son verdaderas obras de la técnica y del arte.
– Tomando el arte en su acepción más sencilla se dice que es virtud, fuerza, disposición, habilidad e industria para hacer alguna cosa; o bien, que es vocación o profesión en orden a la producción estética.7
– Desde Platón hasta Kant, los filósofos trataron de fundamentar la objetividad del arte y de la belleza.
– Lo bello —decía Kant— es: “lo que agrada universalmente, aunque no lo podamos justificar intelectualmente”.
– Por otra parte, de manera correctiva también se pensó que existía una belleza en sí, un ideal universal, al que las obras de arte deberían aproximarse lo más que pudieran.
– Esta concepción clásica del arte insistía en ciertos factores dominantes tales como la armonía, la pureza, la nobleza, la serenidad, la elevación de los sentimientos.8
– En efecto, la administración se apega con creces a los conceptos anteriores, de tal manera que al producto de las actividades administrativas bien conducidas se les suele llamar el arte de la administración; así, encontramos frases como:
– El arte de la negociación.
– El arte de la delegación.
– El arte de la toma de decisiones, entre otras.
– Puesto que el arte es considerado como virtud, fuerza, vocación, profesión, armonía, nobleza, elevación de sentimiento, su resultado final es la producción estética; lo que agrada universalmente, aunque no lo podamos justificar de manera intelectual.